Donde la historia se hace visita.


   Al igual que otros inventos, la aparición del calzado data de civilizaciones antiguas, y a pesar de lo que se pueda pensar a priori, no solo se utilizaba para proteger los pies, sino como un símbolo de estatus social.
   Así por ejemplo en Egipto solo el faraón y los altos cargos eran dignos de llevar calzado, en Grecia lo hacían los hombres libres y en Roma los esclavos iban descalzos mientras que los criminales portaban en sus pies un pesado calzado de madera.

  

    Al principio el calzado mas común era la sandalia hasta que los griegos comenzaron a adaptar el calzado a pies y actividades. De este modo un guerrero no llevaría el mismo tipo de calzado que un sacerdote, por ejemplo. 

   Este hacer se extiende por el resto del continente y comienza a usarse no solo como símbolo dentro de las sociedades, sino que además, tomó importancia el gusto estético por el mismo a la vez que cubría posibles defectos en sus dueños. Que en el siglo XV Carlos III de Francia pusiera de moda los zapatos de punta cuadrada que ocultaban sus pies deformes o en el siglo XVII fuera el tacón lo mas "cool"

del momento gracias a que Luis XVI quisiera disimular su baja estatura, son dos conocidos ejemplos.


   Desde entonces hasta la actualidad, el calzado ha ido pasando por continuados cambios. De tacón, planos, con polainas o botones, cordones... hasta llegar a modelos como el Oxford para hombres, calzado femenino con la incorporación de la mujer a la escena pública y por supuesto el calzado deportivo adaptado para cada actividad. 

   No debemos olvidar tampoco cómo cada pueblo y país ha influido en su propio calzado íntimamente ligado a su cultura. De este modo nos llega modelos identificativos de cada región del mundo. 


   De ley es empezar por casa para hablar sobre el calzado en nuestra cultura así que os traemos dos propuestas para que visitéis la historia a través de nuestras queridas madreñas en dos museos que seguro os encantarán.


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